Las tortugas también vuelan

"Las tortugas también vuelan"

Título Original: Lakposhtha hâm parvaz mikonand
Director: Bahman Ghobadi
Guión: Bahman Ghobadi
Elenco: Soran Ebrahim, Avaz Latif, Saddam Hossein Feysal, Hiresh Feysal Rahman,Abdol Rahman Karim, Ajil Zibari
Iran, 2004

Bahman Ghobadi, director de origen iraní, ha forjado su carrera en torno a películas que sirven de ventana al resto del planeta de manera que se logre ver el precario estilo de vida llevado por sus compañeros de territorio. El espectador, con una vida bastante más acomodada que la de los protagonistas de esta cinta, no puede quedar indiferente ante la muestra de este creador galardonado en diversos festivales. Y es que "Las tortugas también vuelan" posee un dramatismo pocas veces visto, tiñéndose en parte con una especie de crueldad que acompaña al público hacia el vacío y logrando que su trama quede por mucho tiempo en las retinas de cada uno.

La manera en que esta película de ficción fue filmada le adjudica el adjetivo de cruel. Díficil es pensar que en esta película existan sólo actores. Díficil es sentir que los protagonistas de este largometraje expresen sentimientos falsos y acciones guiadas. Por esto el director, conmovido con la situación, le obsequió una mejor vida a cada personaje de su cinta corrigiéndole algunas de sus limitaciones, corroborando así que el límite del paso hacia un documental es mínimo. Es impactante cómo mediante una sóla imágen, una sóla mirada, aquellos pequeños protagonistas gritan la llamada de auxilio ante un cielo ensordecedor. ¿Logramos escucharlos? Los niños siempre han sido carruajes de sentimientos y emociones debido a su ingenuidad y pureza. Más aún si la historia en donde se desenvuelven es de carácter bélico, producto de que la mayor carga temblorosa se la llevan ellos, a pesar de la inculpabilidad que las criaturas poseen. Es que estos seres indefensos se deben saltar la etapa de la niñez y deben evolucionar a pasos agigantados si el sentido de supervivencia los acoge. Deben ser capaces de digerir lo indigerible, lo que ni un adulto puede asimilar, para llegar a concretar sus objetivos. ¿Y cuáles son estos? ¿Cuál es el motor de seguir luchando? Muchas veces sólo por instinto... Algunas otras no hayan el sentido de necesidad.

Con un ambiente tenso, silencioso, que a veces se hace insostenible por la impotencia de ser sólo un espectador cómodamente sentado, con una música incidental utilizada sólo en escenas de trascendencia, la obra baila gracias al compás de estos niños indefensos, buscadores de afectos, que forman una historia bastante real de la miserable vida llevada por muchos seres humanos dentro de los territorios "objetivos" de los autodenominados mejores del mundo. Y es precisamente esto lo que hace que "Las tortugas también vuelan" posea un idioma universal, generalizando la visión a todo tipo de luchas armadas no sólo en el caso particular del pueblo kurdo. Los que se dicen llamar mejores del mundo, o cualquier otro país "liberador", deben tener la conciencia de que su ataque generará un contraataque debido a que su generalización de los "malos" de la película afecta la mayoría de las veces a personas inocentes, sin voz ni voto, que lo único que desean es vivir en paz y armonía.

Con planos caracterizados por la cultura kurda, realizados en horarios diurnos y nocturnos, con colores vivos y opacos que le otorgan al paisajismo un valor especial, con juegos de luces y de sombras, se muestra a un pueblo tan opuesto al mundo occidental que propone enfocarnos en lo diferente que somos siendo a la vez tan iguales. Cómo en todas las culturas el líder natural es aquel que demuestra un conocimiento mayor como se refleja con el personaje de Satélite. Cómo en todos lados existen aquellos seres que lo dan todo por sacar adelante a su familia a pesar de las distintas dificultades que pudiesen existir como lo demuestra aquel joven sin brazos llamado Hyenkov. Sin embargo lo trascendental de la cinta no está en su calidad cinematográfica ya que no posee atributos que la conviertan en una joya del séptimo arte, sino que radica en la crítica social que propone dejando de lado toda banalidad transformándose así en unas pinzas que pellizcan al espectador despertándolo de la somnolencia para que se pare y actue.

Nota: 6,1